¡Chau mi amor!

No sé en qué momento comencé a perderte, ni tampoco cómo sucedió esta lenta despedida. Lo único que siento es tu ausencia, un revuelo de sentimientos y la sensación de estar perdida.

Quizás no es que te haya perdido, sino que mis sentimientos se han alejado por circunstancias que aun todavía estoy intentado llegar a comprender y a descifrar... es que ni yo misma entiendo como el calor se puede volver hielo en cuestión de momentos. Por eso, con la intención de que me comprendas, te escribí esta carta de despedida.

Te digo adiós pero no me arrepiento de nada

Sabés?, cuando perdés a alguien o desconectas de una persona, se torna en tu interior un vacío inaguantable si consideras que, tan solo por el hecho de ser ella, es auténtica e incomparable. Eso me pasa con vos...

Me quedaron tantas cosas por hacer, tantas cosas sin decirte.. Pero es que cuando te tengo  se me hace un nudo en la garganta y mis palabras juegan a esconderse, perdón, te fallé, no pude continuar la promesa de unir mi vida con la tuya para que hagamos el viaje juntos. Mucha suerte mi cielo. Hasta siempre mi genio amor!