Ir al contenido
  • Crear una cuenta

Contra la adversidad: la hazaña del primer argentino que logró cruzar Groenlandia


Posts recomendados

Publicado

2229395h350.jpg

Mariano Curiel tenía 23 años cuando descendió por la planchada del crucero ruso Lyubov Orlova y se aferró con sus grampones por primera vez al hielo antártico. Quería trepar glaciares y escrutar desde la costa a las skúas en su vuelo veloz hacia los témpanos. Pero aquel pasatiempo sobrecogedor terminaría convirtiéndose en una forma de vida durante los próximos 13 años. En el medio, irrumpió la magia del Ártico, y allí pudo auscultar el silencio abismal de los campos de hielo y fiordos en las islas de Groenlandia y Svalbard.

En ambos extremos del planeta-allí donde el hombre asimila su pequeñez-, Curiel, un bonaerense radicado en Bariloche, sumó destrezas hasta convertirse en un avezado guía polar. Meses atrás, se impuso el desafío de su vida: cruzar de costa a costa Groenlandia, el terruño de los inuits, la geografía todavía no del todo explorada. Deseaba seguir los pasos inaugurales del noruego Fridtjof Nansen, el aventurero que en 42 días, en 1888, abrió esa ruta yerma en la latitud del círculo polar.

2229890w640.jpg

Tras 26 días y un trasiego de 564 km sobre grampones y esquíes, Curiel, de 35 años, logró finalmente igualar aquella hazaña y semanas atrás, se convirtió en el primer argentino en atravesar la desértica Groenlandia. De oeste a este, arrastrando 90 kilos de peso en dos trineos, guió a su expedición, integrada por cinco europeos.

Soportó las veleidades de un clima casi esquizofrénico: jornadas de noches blancas con un sol de fuego y 25° de sensación térmica y, enseguida, principios de congelamiento en la nariz y en sus manos por el descenso brusco a 35 grados bajo cero. Enfrentó tormentas de nieve, con vientos de 120 km/h y nula visibilidad, que durante casi tres días lo inmovilizaron en una carpa en el hielo. También días de calma monotonía. Del blanco tiza al azul intenso, la región polar le mostró todos los matices de su paleta. Sorteó grietas, luego piletones, que se transformaron en ríos subterráneos y más tarde en ciclópeas lagunas. No sin asombro, Curiel fue testigo en el terreno del récord histórico del derretimiento polar en Groenlandia.

Equipo

La convivencia fue buena y cooperativa y los liderazgos marcados y consensuados de entrada. Por la pérdida de peso, dos integrantes del equipo quedaron sin fuerza hasta el punto que no podían arrastrar sus trineos. Por eso, el resto se repartió la carga.

"Creo que estas experiencias, son como un retiro espiritual en el hielo -dice Curiel-. Sirven mucho para fortalecer el liderazgo, entender lo que es el verdadero trabajo en equipo y asumir todo con humildad y respeto por esa naturaleza, a veces hostil, que te rodea".

¿Qué empuja a un hombre a ponerle el cuerpo a semejante exigencia? "Creo que siempre es lo mismo: el desafío personal, la posibilidad de exigencia y el traspasar los límites para encontrarse uno. Pero, a la larga, en estas expediciones, lo más importante son las personas con las que uno comparte. Porque llega un punto en que el lugar y el objetivo pasan a un segundo plano", señala.

El último día, en el horizonte se avistaba el mar. Ese fue un momento de emoción profunda. Alcanzar esa costa, llegar a la meta, fue una gran lección del poder de la propia resiliencia. El festejo fue un abrazo mancomunado y unas fotos. No mucho más. Extenuado, el grupo se trasladó luego en barco hasta Islandia.

2229889w640.jpg

Entre las expediciones polares, el cruce de Groenlandia -explica Curiel- se ubica en el tercer puesto entre las aventuras más extremas. Llegar al Polo Norte, trajinando 800 km de hielo marino, desde el continente, (en Canadá o Rusia), es sin dudas la de mayor exigencia. Le sigue el Polo Sur completo, que supone un recorrido sobre esquíes de 1130 km por el hielo continental desde la costa antártica.

Ahora, tras su hazaña, regresará a su primer amor: se embarcará otra vez en un buque para guiar una expedición estadounidense y fotografiar la interacción de la fauna marina en las costas recortadas de las Georgias. Sólo después de allí, volverá a la Antártida, ese continente que, al igual que el Ártico, escapan a toda escala humana.

FUENTE

  • Respuestas 0
  • Creado
  • Última respuesta

Top posteadores en este tema

  • LeonLJ

    1

Días populares

Top posteadores en este tema

Días populares

Invitado
Este tema se encuentra cerrado a nuevas respuestas.
  • Navegando Recientemente   0 miembros

    • No hay usuarios registrados viendo esta página

×
×
  • Crear nuevo...