UNNAMED Publicado 9 de febrero del 2017 Denunciar Publicado 9 de febrero del 2017 Te recomendamos varios títulos ideales para enfrentar estos días de verano El club de los cinco clásico ochentoso ineludible a la hora de hablar de cine. Una simple estudiantina dirigida por John Hughes (quizá el director que mejor comprendió la sensibilidad adolescente y la melancolía del adulto) se convirtió en la estructura perfecta para combinar los típicos estereotipos del mundo adolescente. El deportista, el bully, la popular, el nerd y la marginada, todos mezclados y forzados a una convivencia de varias horas como castigo escolar. A más de treinta años de su estreno, El club de los cinco sigue estando más vigente que nunca, y las nuevas generaciones no deberían dejar de verla jamás. Érase una vez en el oeste En estos agobiantes días de calor, nada mejor que una de cowboys que viven sus días al calor del desierto. Sergio Leone fue de los directores que mejor comprendió el spaghetti western, esos films de vaqueros donde los antihéroes y los forajidos se mezclaban, haciendo imperceptible la línea que separaba lo ético de lo inmoral. Y luego de llevar a Clint Eastwood a la gloria en la trilogía del Hombre sin nombre, Leone se metió con una historia sobre la fundación de la civilización moderna, con un Henry Fonda componiendo al mejor villano de su carrera y un Charles Bronson que a golpe de armónica construyó también el mejor papel de su obra. Érase una vez en el oeste es una obra maestra, y es de esas películas que demuestran por qué el western es el gran género cinematográfico. Daemonium El cine fantástico argentino da pelea. Películas como Kryptonita de Nic Loreti o Ataúd Blanco de Daniel de la Vega, son buenos ejemplos de cómo el cine de género argentino puede trascender las barreras del under para establecerse en el mainstream, con actores populares e historias atrapantes. Y el catálogo de Netflix sorprendió con Daemonium, un trabajo de Pablo Parés (un verdadero soldado del under local) que se le animó a la ciencia ficción, poniéndole fuerza narrativa allí donde muchos hubieran pensado que los efectos especiales a lo grande eran la única herramienta útil a la hora de contar una aventura apocalíptica. Un camino hacia mí El verano, las piletas, los amores breves y la búsqueda por encajar en una familia (que no tiene por qué ser la propia), esos son los ejes de esta película dirigida por Nat Faxon y Jim Rash. Más allá del espantoso y piantavoto nombre con el que se la conoció en Argentina, Un camino hacia mí es uno de esos films que destila verano en cada fotograma, y que condensa con inteligencia y elegancia los huracanes emocionales de los que podía ser víctima un chico de catorce años. En su momento pasó inadvertida, pero de a poquito la popularidad de este film comenzó a crecer gracias al boca en boca. Por ese motivo, The Way Way Back es un título que siempre vale la pena destacar. Las aventuras de Tintín Pocos personajes tiene la historieta europea más importantes que Tintín (junto con Astérix y Spirou). El joven periodista, aventurero infatigable e investigador apasionado, protagonizó más de veinte historias que, debido a su popularidad, también lo llevaron al cine y la televisión. Y de esas adaptaciones, con seguridad la mejor fue la del 2011, cuyo equipo creativo fue un verdadero dream team del cine de aventuras. Dirigida Steven Spielberg, producida por Peter Jackson y escrita por Joe Cornish, Edgar Wrigh y Steven Moffat, Las aventuras de Tintín es una película que condensa lo mejor del mundo creado por Hergé, y que logra captar el verdadero encanto del personaje. Spielberg vuelve a demostrar su terrible habilidad para el cine de aventuras (a fin de cuentas, es uno de los papás de Indiana Jones), y logra un film que no da respiro, y que incluso tiene la mejor escena de persecución del siglo XXI. The Raid La trama es muy sencilla. Un grupo de policías de élite se mete en una suerte de monoblock con la intención de atrapar al peligroso líder de una banda, y bajo esa historia se esconde la excusa para mostrar una saga de acción hija directa de clásicos como Duro de Matar o Asalto al precinto 13. Este film indonesio, con una estructura tipo video juego en la que el grupo de policías va conquistando piso tras piso, logró ser una verdadera sorpresa al momento de su estreno, y millones de espectadores en el mundo no pudieron más que caer rendidos ante la exquisita violencia y las coreografías imposibles. Mientras Hollywood sigue produciendo películas de acción que parecen para chicos de once años, Indonesia responde con The Raid, un film con un nervio y una adrenalina como no se veía desde hacía años. La mosca Cuenta la leyenda que a mediados de los ochenta, David Cronenberg quería contar una historia de amor trágica, en la que un hombre se enamoraba al momento de recibir el diagnóstico de un cáncer fulminante. El director había perdido recientemente a su padre víctima de esa enfermedad, y el film era una especie de bálsamo para curar su dolor. Pero Cronenberg, preso de un innegable talento para el terror, debió cambiar su historia por pedido de los productores, y ese trágico amor entre una mujer y un hombre, se convirtió en el terrible romance de una mujer y un hombre que se convierte en insecto gigante. La mosca es uno de los grandes films de los ochenta, y debajo de todo su pus y truculencia, esconde la dolorosa vida de un hombre condenado a la soledad y la muerte. A más de treinta años de su estreno, La mosca sigue siendo una película perfecta, y las interpretaciones de Jeff Goldblum y Geena Davis alcanzan allí uno de los picos más altos de sus respectivas carreras. Dos tipos peligrosos Siguiendo un juego similar al de El Gran Lebowski (en donde un hippie viejo terminaba involucrado en un relato Chandleriano de secuestros y recompensas), Dos tipos peligrosos juega una mano similar y ensambla una historia policial de vueltas de tuercas perfectas y personajes que desbordan carisma. Ryan Gosling y Russell Crowe componen una pareja dueña de una química que bien podría dar para seis o siete películas más. Pero Dos tipos peligrosos, lejos de ser un feliz accidente, es el resultado del trabajo de su director, Shane Black (guionista de la primer Arma Mortal y de esa gema olvidada que fue El último Boy Scout), un autor que entiende a la perfección cómo filmar una buddy movie hecha y derecha. 13 Asesinos Takashi Miike es uno de los grandes directores del Japón actual. Con más de cien films en su haber, y con la posibilidad de moverse entre géneros tan dispares como la comedia, el terror o la ciencia ficción, Miike es una figura que resulta de visita obligatoria. Y en el catálogo de Netflix pueden encontrar 13 asesinos, una gran película centrada en cómo un grupo de samuráis rebeldes debe hacerle frente a un ejército de cientos de soldados. Como una versión salvaje (y mucho más visceral) de 300, la historia sigue la sanguinaria batalla de unos hombres que decidieron torcer el rumbo de Japón a fuerza de espadazos. Una película imprescindible para aquellos que se fascinan con la aparición de cualquier cosa que tenga que ver con un samurái. Man vs. Snake Uno de los grandes duelos en la historia de la humanidad, se dio entre un hombre y una máquina. En 1984, Tim McVey logró los mil millones de puntos en el Nibbler, ese mítico video juego en el que una víbora debía ir comiendo puntos, mientras su cola se hacía más larga, siendo el desafío que la cabeza del animal no chocara contra su parte trasera. Y esa premisa tan simple, dio lugar a la saga de un campeón adolescente que luego de cumplir los cuarenta, se retiró de su descanso cuando un rival y experto jugador de nombre Dwayne Richard (el chico punk del mundo del video-juego, según dice el documental) decidió retarlo a duelo. La épica de este documental retrata hasta qué punto puede llegar la obsesión de un individuo por un arcade, y esas maratónicas sesiones de juego que duraban más de 24 horas, en donde ir al baño, comer una porción de pizza o descansar la vista eran tareas que debían intercalarse con el luchar por conseguir el máximo puntaje. La lucha de McVey no cambió el curso de la humanidad, pero sí cambió su vida cuando encontró en el Nibbler la posibilidad de pasar a la historia (del video juego). Más que un documental, Man vs Snake es el registro de la lucha más salvaje entre dos hombres que competían entre sí contra una veloz viborita.
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