Tatuajes que sólo se les verán bien a las personas que han superado una ruptura amorosa

Muéstrame un hombre con un tatuaje y te mostraré un hombre con un pasado interesante.
–Jack London

Una excelente forma de lidiar con nuestros demonios es enfrentándolos cara a cara, eso lo aprendí cuando recién terminé de leer Moby Dick de Herman Melville. Y es que no hay nada más real e intenso que el momento en el que el capitán Ahab pierde la pierna durante un enfrentamiento con la gran ballena blanca. Justo en ese instante su visión del mundo se transformó por completo, llevándolo al borde de la locura. Encontrar y asesinar a esa ballena que tantos males le había causado se había vuelto su único objetivo. 

Todo a su alrededor había desaparecido, el mundo era sólo suyo y del blanco cachalote que se escondía entre los mares como esperando su fatídico final a manos del melancólico capitán. El enfrentamiento entre estos dos titanes sólo significaba una cosa: Ahab encararía su destino, superaría su demonio y sería libre por primera vez y para siempre.

A menudo nos encontramos con personas cuyas historias resultan algo trágicas. Incluso al contárnoslas, estas anécdotas las sentimos nuestras por la intensidad de su contenido y simplemente no podemos imaginar qué hubiéramos hecho de haber estado en los zapatos de sus protagonistas. Mismos que quizá han encontrado una forma de librarse de esa presión que les oprimía el pecho y no los dejaba vivir.

Muchas de estas historias, si no es que la mayoría, tienen que ver directamente con el amor. Hay que aceptarlo, pocas cosas nos duelen más que perder a quien nosotros creíamos sería el amor de nuestras vidas. El vacío que estas personas generan al irse nos hace querer encontrarlas en cada lugar y en cada rostro con el que nos cruzamos diariamente. Su recuerdo se vuelve un fantasma que nos ataca en cada momento, nos provoca miedo, ansiedad y tristeza. 

Lo peor de estas historias es la etapa que tenemos que vivir para superarlas, para convertirlas en una página más de nuestras vidas y para volverlas sólo un recuerdo que no nos cause más dolor. Superar una ruptura amorosa, por ejemplo, es algo que sólo podemos lograr por nosotros mismos. Aún con la ayuda de otros nadie sabrá qué es lo que sentimos en carne propia, nadie imagina lo que fue perder a esa persona especial. Sólo quien sufre la pérdida es capaz de encontrar una forma de lidiar con ella.

Cuando por fin logramos vencer ese sentimiento que nos perturbaba, no queremos hacer otra cosa más que gritárselo al mundo. La paz interior que nos provoca sentir que nadie nos hace falta, es algo que queremos preservar para siempre. Definitivamente, un método para tener presente ese logro en todo momento es el tatuaje.

Por extraño que parezca mucha gente alrededor del mundo utiliza el dolor de las agujas para contrarrestar el dolor del corazón. La mayoría de las veces estos diseños resultan verdaderas obras de arte que quedan grabadas en la piel como marcas de batallas ganadas.

No es necesario poner corazones rotos en los tatuajes que nos recuerdan una ruptura amorosa; basta con poner algo que hayas disfrutado con tu expareja. Si tu idea es tatuarte su rostro o nombre, definitivamente evítalo, hay mejores formas de conservar ese bello recuerdo para la eternidad.

Sea cual sea tu elección, recuerda que lo más importante en todo buen tatuaje es el significado que hay detrás de éste. No necesita estar a la vista, mucho menos tienes que explicar su significado a todos. Lo que lo hace especial es que ahora está incrustado en tu piel como una prueba de lo que has vivido y por ende, de lo que has logrado superar.

Muy lindo post, en dos años o menos me pienso tatuar el nombre de mi abuela en el brazo, desde allá arriba me cuida en todos los malos y buenos momentos. 

es a mi o no se pueden ver las fotos? :S