First of all: Good morning, beautiful.

Is it too late to say that? I know you’ve probably been awake a while – likely hours or even all day. I know you may have gone this whole time without hearing it – shrugging back to friends and family who asked you how you’re doing with a non-committal “Fine” because that is what we’re meant to do as humans – answer meaningful questions with arbitrary phrases. I know that you may not be fine. I know you may have had a lacklustre day. And I know that something as incredibly mundane as a “Good morning” text may have made all the difference in the world. It’s okay if that’s the case. It’s okay to sometimes ache for those simple and kind-hearted gestures.

Because the truth is that good morning texts are more than a half-hearted means of communication. They are a sign that we are thought of. Cared for. Adored, by someone who may not be immediately present. They are a reminder – one we perhaps should not need but sometimes do – that we are appreciated in our entireties. So if you did not get one this morning, here is what I want you to know:

You deserve to have a good day today. Not because of some universal law that necessitates good things happening to worthwhile people, but because we all do. We all deserve to have a beautiful morning and a correspondingly fantastic day, regardless of who loves us or appreciates us or thinks of us first thing when they wake up in the AM. Just because someone is not around to appreciate the complexities of who you are does not mean that you deserve anything less than pure joy. And in case there’s no one else to remind you, here is what else I want you to know:

There’s a particular way you laugh that can make an entire room light up, if only for a moment in time. There is a way you tilt your head when you are concentrating that makes you look unbearably kissable – as if you were placed on this earth only to stare at things and frown in the most endearing form humanely possible. There is a noise you make when you are falling asleep – a soft, almost inaudible sigh that sounds like the ethereal embodiment of all that is tranquil and calm. There are a thousand minute intricacies that make up the tapestry of who you are and not a single one has ceased to exist since the last time that somebody loved you.

I know we’re not supposed to need reminders of that. I know that we’re supposed to be strong and self-sufficient and reassured – certain of our own worth, questioning only the value of others. But we’re human. We forget.

We forget that we are loveable. We forget that we’re desired. We forget that we are anything other than the hard-shelled, busybody workaholics that we’ve all been trained to behave as. We forget that we, too, merit adoration.

And here’s what it’s easiest to forget: Who you are doesn’t cease to exist because there’s nobody there to admire it. The way you bite your pencil is still cute, even when there’s nobody to tease you for it. The way you hold yourself still exudes confidence, even if there’s no one to assert it to. The way your eyes light up when you’re talking about what you love is – and endlessly will be – attractive, regardless of who is there to listen to you speak. All the little quirks that make you up are not extinguished because somebody once chose against them. You still deserve to have a good day, even when there’s no one there to wish it to you. Even if you forget to remind yourself.

Someday someone’s going to love all of those tiny things about you. Someone’s going to love the way you cough. They’re going to laugh at the way you lose your keys while you’re actually holding them. Someday, someone is going to stare at you from across a crowded room and know exactly how you’re feeling based on the way your head is tilting or the type of wine you’ve used to fill your glass. Someone is going to appreciate all of your obscurities eventually but right now they are all only your own. And that’s okay. First and foremost, you will always belong to yourself.

Here’s what I urge of you if you did not receive a good morning text today: Don’t forget about what makes you incredible. Don’t let your own intricacies slide. Because the loveable parts of you are not gone – I absolutely promise you that much.

You are so much more than the person who nobody texted this morning. You are encompassing. You are fierce. You are a blazing, roaring fire in a world full of people who’ve been burnt. So please, refuse to let the wounded people extinguish you. Refuse to be tamed. Refuse to flicker down into a meagre, burnt-out coal because somebody else is not tending to your flame.

At the end of the day, we’re all in charge of what we bring to our lives. So be the person who brings light to your own, even if nobody else shows up to it. Be the person who has a good day, even if nobody wishes it to them. Find a way to fuel your flame when no one else remembers to, because the world needs the light you give off.

And you, my dear, are too intense a power to be reduced by something as small and insignificant as the lack of a good morning text.

¿Es demasiado tarde para decir eso? Sé que probablemente has estado despierto un tiempo - probablemente horas o incluso todo el día. Sé que usted puede haber pasado todo este tiempo sin escucharlo - encogiéndose de hombros a sus amigos y familiares que le preguntaron cómo estáis haciendo con un no comprometido "bien" porque eso es lo que estamos destinados a hacer como seres humanos - respuesta significativa Preguntas con frases arbitrarias. Sé que puede que no estés bien. Sé que puede haber tenido un día mediocre. Y sé que algo tan increíblemente mundano como un texto de "buenos días" puede haber hecho toda la diferencia en el mundo. Está bien si ese es el caso. A veces es bueno para esos gestos sencillos y bondadosos.

Porque la verdad es que los buenos textos matutinos son más que medios de comunicación mediocres. Ellos son una señal de que somos pensados. Preocupo por. Adorado, por alguien que puede no estar inmediatamente presente. Son un recordatorio - uno que quizás no deberíamos necesitar pero a veces lo hacemos - que somos apreciados en nuestra totalidad. Así que si no recibiste una esta mañana, esto es lo que quiero que sepas:

Usted merece tener un buen día hoy. No debido a alguna ley universal que requiere cosas buenas que suceden a personas que valen la pena, sino porque todos lo hacemos. Todos merecemos tener una hermosa mañana y un día fantástico, independientemente de quién nos ama o nos aprecia o piensa en nosotros lo primero cuando se despierta en la mañana. El hecho de que alguien no esté cerca para apreciar las complejidades de quién eres no significa que mereces algo menos que pura alegría. Y en caso de que no haya nadie más que lo recuerde, aquí es lo que más quiero que sepas:

Hay una manera particular de reírse que puede hacer que toda una habitación se ilumine, aunque sólo sea por un momento en el tiempo. Hay una manera de inclinarse la cabeza cuando se está concentrando que te hace ver insoportablemente besable - como si se coloca en esta tierra sólo para mirar las cosas y fruncir el ceño en la forma más entrañable humanamente posible. Hay un ruido que haces cuando estás durmiendo - un suspiro suave, casi inaudible que suena como la encarnación etérea de todo lo que es tranquilo y tranquilo. Hay mil complejidades minuciosas que componen el tapiz de lo que eres y no una sola ha dejado de existir desde la última vez que alguien te amó.

Sé que no se supone que necesitamos recordatorios de eso. Sé que se supone que debemos ser fuertes y autosuficientes y tranquilizarse - ciertos de nuestro propio valor, cuestionando sólo el valor de los demás. Pero somos humanos. Olvidamos.

Olvidamos que somos adorables. Olvidamos que somos deseados. Nos olvidamos de que somos cualquier cosa que no sea el duro-bombardeado, busybody workaholics que todos hemos sido entrenados para comportarse como. Olvidamos que nosotros también merecemos la adoración.

Y aquí está lo que es más fácil de olvidar: quien eres no deja de existir porque no hay nadie allí para admirarlo. La forma en que muerde su lápiz sigue siendo lindo, incluso cuando no hay nadie para molestarte por ello. La forma en que te mantienes todavía transmite confianza, incluso si no hay nadie que lo afirme. La forma en que tus ojos se iluminan cuando estás hablando de lo que amas es - e infinitamente será - atractivo, sin importar quien esté allí para escucharte hablar. Todas las pequeñas peculiaridades que te hacen subir no se extinguen porque alguien una vez eligió contra ellos. Todavía mereces tener un buen día, incluso cuando no hay nadie allí para desearlo a ti. Incluso si olvidas recordarte.

Algún día alguien va a querer todas esas pequeñas cosas sobre ti. Alguien va a encantar la forma en que tose. Se van a reír de la forma en que pierdes las llaves mientras las estás sosteniendo. Algún día, alguien va a mirar a usted desde una habitación llena de gente y saber exactamente cómo te sientes en función de la forma en que su cabeza está inclinando o el tipo de vino que ha utilizado para llenar su vaso. Alguien va a apreciar todos sus obscuridades con el tiempo, pero ahora son todos los suyos. Y eso está bien. En primer lugar, siempre pertenecerás a ti mismo.

Esto es lo que te pido si no recibiste un texto de buenos días hoy: No te olvides de lo que te hace increíble. No deje que sus propias intrincaciones se deslice. Porque las partes adorables de ti no se han ido - te prometo absolutamente que mucho.

Eres mucho más que la persona que nadie envió mensajes de texto esta mañana. Usted está abarcando. Eres feroz. Eres un fuego ardiente y rugiente en un mundo lleno de gente que ha sido quemada. Así que por favor, se niegan a dejar que los heridos le extingan. Rechazar ser domesticado. Se niegan a parpadear en un carbón magro, quemado porque alguien más no está atendiendo a su llama.

Al final del día, todos estamos a cargo de lo que llevamos a nuestras vidas. Así que sea la persona que trae la luz a la suya, incluso si nadie más se muestra a ella. Sé la persona que tiene un buen día, incluso si nadie lo desea a ellos. Encuentre una manera de alimentar su llama cuando nadie más recuerde, porque el mundo necesita la luz que emite.

Y tú, querida, eres un poder demasiado intenso para ser reducido por algo tan pequeño e insignificante como la falta de un buen texto de la mañana.