Encuentro

La vio y no supo cómo reaccionar,
en sus ojos vio un sinfín de emociones.
Ella lo saludó y se dieron un abrazo,
desde ese momento las sonrisas entre ambos
no paraban de brotar.
Los minutos pasaban y los mimos a escondidas
cada vez eran más frecuentes y más intensos.
Cuando sus miradas se encontraban
ambos se quedaban congelados con
una sonrisa de oreja a oreja.
Ella exclamaba su nombre,
él solo sonreía, bajaba la mirada y la volvía a mirar,
en los ojos de ambos se reflejaban
las ganas de que sus labios se encontraran
en un beso apasionado.
Al pasar las horas se escaparon
para poder hablar y mimarse sin esconderse.
Sentados a la orilla del río se miraban
y se sonreían mutuamente, el nervioso,
ella totalmente decidida.
En el frío de la noche llegó el primer beso,
para él fue una locura, de pronto el frío desapareció.
Ella se alejó, lo miró, sonrió y lo volvió a besar.
Ambos sabían que era el principio de algo,
era inevitable que otro encuentro iba a suceder.
Llegó el momento de irse, se despidieron,
él no podía dejar de mirarla,
la veía alejarse y no podía dejar de pensar en todo
lo que había sucedido, tenía ganas de salir corriendo,
abrazarla y no dejarla ir.
Pero supo que debía esperar,
que pronto la volvería a ver.
En el viaje de regreso a su casa, él no entendía
que había pasado, por qué sintió todo eso
con solo verla unas horas,
estaba feliz y confundido a la vez.
De lo que estaba seguro es que
quería verla una y mil veces más.

Escrito por mi.

Tremendo. Casate conmigo mielcita