Sentir.

Muero de mierdo cerca de ti.
Cuando nuestras miradas se convertirten en espejo del otro; aceptándonos, comprendiendo nuestras miserias, incapaces de ocultar nada.
La sangre corre a través del acero, las heridas se vuelven imperceptibles al resto que nos observan sonrientes... Pero nosotros, nosotros sentimos. 
La arena de nuestro tiempo, funde la felicidad y el dolor en una caida infinita...Y nosotros sentimos.
Los abrazos, las caricias y los besos... Todo tiene su límite temporal. 
Por momentos lo olvidamos, deseamos más, tomamos un impulso de valor para ir más allá. Sin embargo, uno de los dos se aleja y el otro comprende.
A veces tú, otras yo... Y así, y así nos mantenemos, en un vaivén de emociones que se atraen y repelen con la misma maldita intensidad.
Caminamos sobre las brasas tíbias de la noche anterior, nos mantenemos lo suficientemente quietos como para quemarnos, hasta comprender que esa estabilidad no nos pertenece, entonces nos apresuramos...Corremos, olvidamos.
Y en las noches, esas noches heladas o calurosas, ¡da igual! Da igual, si yo quiero que me abraces siempre. Y sin embargo, ¡maldita sea! Nos damos la espalda... Ya no importan esas noches, ni la cercanía que no debemos alcanzar. 
Nada importa, más que ese instante en el que somos... Arena de un tiempo infinito, fundido en dolor y felicidad.
Te quiero tan inalcanzablemente cerca.