Ave

El común, como si hubiera un común, cree en seres mágicos que luego de la tercera o cuarta vez se descubren personas disfrazadas o simples historias inventadas que llegan a uno en un determinado momento de delirios cercanos a la verdad.

Él sabe que es hombre, pero emula las aves, evoca al mar y contempla su inmensidad y la belleza desde un cuarto atestado de cajas con una ventana por donde se filtra el invierno. Erra, se miente y vuelve a mentir para no pensarse torpe.

Idealiza y extraña.

Cuando vive demasiado tiempo atrapada en alguna idea intenta transformarla en sustancia con determinadas acciones, y en cada acción va rompiendo la idea y se siente sin aire y emerge de modo drástico de la profundidad del mar que ha evocado. Por momentos ya sin fuerzas no puede sostener el vuelo de la propia ave que ha imitado y cae precipitadamente 

a su realidad.

Una se enamora de esencias recubiertas en un cuerpo, de un interior que cuando ya posee demasiados defecto, demasiadas virtudes y ambas se comienzan a convertir en una excepcionalidad que lastima, solo nos quedamos con aquello que sentimos que podría ser, y aquello que elegimos creer y no asumimos el derecho al error y nos deslizamos por el fracaso negandolo con la idiotez de quien piensa en repetirlo.

Vuelve a mirar por la ventana y la rama de un árbol le cubre los ojos, le roba el mar y le obliga a cerrar sus alas. Se ve al espejo y ve la sustancia, cierra los ojos y no descubre las ideas, se queda sin acción, sin verbos y acude a palabras sueltas que lo van acercando hasta convertirse en un papel, en una pagina que pretende intentar desprenderse del pasado.

Linda estadía la de sus palabras, gracias por el viaje, enigmático pero agradable y sutil a su vez.

hace 3 minutos, KENt0 dijo:

Linda estadía la de sus palabras, gracias por el viaje, enigmático pero agradable y sutil a su vez.

Graaciaas